¿Sabías que en el año 2010 un 58% de los anuncios de juguetes todavía seguía siendo sexista? Una situación que no parece haber cambiado mucho en la última década. A través de la publicidad, los menores reciben un pacto publicitario de alta intensidad y plagada de estereotipos de género, lo que afecta considerablemente en la percepción que pueden tener de los roles masculinos y femeninos. Por eso, los consumidores llevan años pidiendo que se termine con este tipo de prácticas.
Así pues, el pasado 1 de diciembre entró en vigor el código deontológico firmado por el Ministerio de Consumo, la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ) y Autocontrol, de manera que los anuncios sexistas de juguetes desaparecen de la parrilla. Con lo cual, si enciendes la televisión, ya no verás anuncios con clichés de género.
La nueva ley establece unos patrones claros sobre cómo no deben ser los anuncios, con el objetivo de que los anuncios de juguetes sean más veraces, igualitarios y constructivos, pilares fundamentales para la protección y el desarrollo de la infancia.
Con lo cual, ya no podrán aplicarse diferencias de género en las campañas, lo que quiere decir que no pueden anunciarse juguetes “para niños” y “para niñas”, incluyendo a cada uno de ellos en distintas categorías de intereses. La normativa exige que no se manifieste de manera clara o que se dé por sentado que hay juguetes para unos y para otros.
Además, situar a las niñas solamente en áreas de cuidado, belleza y trabajo doméstico y que los niños únicamente jueguen con coches será una de las cuestiones que intenten cambiar este código, compuesto por 64 normas deontológicas que establecen los patrones sobre cómo tendrían que ser los anuncios para menores de 15 años. Pero además, se prohibirá la sexualización de las niñas en los anuncios.
Sin embargo, no son las únicas modificaciones que cambiarán la manera en la que se comercializan los juguetes. A partir de ahora se intentará emplear un lenguaje inclusivo, que se termine con la división entre el rosa y el azul y que se muestren modelos positivos en los mundos infantiles.
Además, el código también busca que los mensajes sean más claros y que lo que se muestre sea lo más parecido posible a la realidad, de manera que los niños comprendan lo que se está diciendo. Para ello, se limitan cómo y cuánto se utilizan las animaciones o que los sonidos que se usan no existan en el juego. Fundamentalmente de lo que se trata es de no engañar a los niños y hacerles sentir que el juguete es mejor de lo que es en realidad.
El caso es que este código solamente atañe a la televisión y no a otros medios de comunicación, por lo que no puede darse el asunto por resuelto. De hecho, en 2021, un estudio llevado a cabo por el Consell de l’Audiovisual de Catalunya reveló que un 68% de los anuncios de las plataformas online eran sexistas, frente a un 35% de los de la televisión. Esto no hace sino demostrar que continúa habiendo graves problemas de sexismo y publicidad encubierta.
