· Para José Miguel Andrés, presidente de Ernst & Young, el secreto del éxito en la expansión internacional de una empresa también pasa por “estar cerca de los reguladores y tener previstos diferentes escenarios y planes de contingencia”.
“Nada de lo que ahora hacemos será aplicable durante los próximos años”, con estas no muy alentadoras palabras iniciaba su conferencia José Miguel Andrés, presidente de Ernst & Young, su ponencia en una nueva sesión de los Desayunos ESADE en Madrid. Una intervención en la que analizó los resultados del estudio “The world in bumpy: globalization and new estrategies for growth” [El mundo está agitado; globalización y nuevas estrategias de crecimiento], que nos sitúa en el puesto 21 entre los países con mayor internacionalización, y lanzó las que, según la consultora, deberían ser las principales preocupaciones de la empresa española en este proceso.
Entre ellas, José Miguel Andrés quiso destacar la conveniencia de conocer el marco regulatorio de cada país y, en clara referencia a la expropiación de YPF en Argentina, “sobre todo, en época de crisis”: “Las normas se endurecen y conviene estar cerca de los reguladores y tener previstos diferentes escenarios y planes de contingencia”. “Estoy seguro de que las consecuencias de la expropiación serán muy graves, más para Argentina que para Repsol o España”, añadió Andrés, quien apuesta más por la reacción internacional que por cualquier represalia tomada por nuestro país: “Hay que seguir el camino del Derecho Internacional”.
Para José Miguel Andrés, el cambio de eje en las transacciones comerciales del Atlántico al Pacífico ha producido importantes modificaciones en la fórmula de crecimiento de las empresas occidentales. Los países emergentes marcan ahora la referencia y “hay que reaccionar, reinventarse, actuar como una start up”. En su opinión, ya no se debe tratar de reproducir cuadros de mando de éxito o cadenas de suministro ampliamente probadas en otros lugares, sino “actuar de forma local, aligerar el bagaje organizacional y acelerar la innovación, aquello de lo que siempre hablamos, pero se nos olvida hacer en el día a día”.
Este cambio de mentalidad pasa, según el presidente de Ernst & Young, por dos principios fundamentales: la relación con partners locales y el capital humano. En el caso del primero, destaca la necesidad, tanto de alianzas como de prácticas en outsoucing y nearsourcing y, en el del segundo, la implementación de políticas de expatriación adecuadas. “Tendemos a quedarnos con los mejores y a enviar a los menos buenos sin darnos cuenta de que las personas son fundamentales en todo el proceso”, insistió mientras reivindicaba la importancia del conocimiento de las formas de hacer y trabajar en cada región.
