Cada día vemos cambios en la interfaz de webs, aplicaciones, redes sociales, servicios de e-mail, todo ello buscando enamorar al usuario, mejorar su experiencia con el producto, fidelizarlo.
La definición pura de una interfaz es: un dispositivo que conecta dos aparatos o circuitos.
En cuanto a una interfaz gráfica, cuando te conectas a un programa informático, existe algo entre ambos. Ese algo, es la primera visión que tiene el usuario del programa, de la empresa.
De vital importancia es el diseño de este interfaz web, pero no lo es menos su usabilidad.
Más allá de la visión, usuario e interfaz comparten una experiencia que va más allá de las propias funcionalidades del programa, dispositivo, web, red social…La interfaz gráfica de usuario es un elemento clave tanto para los resultados como para la fidelización al estar ligado a la experiencia de este último y será elemento de peso para su relación continuada con la marca.
En un entorno tan competitivo no nos podemos, sin obviarlo, perder en el diseño. Es de vital importancia priorizar la usabilidad, la facilidad con que los usuarios puedan utilizar el programa o servicio web. Esto último es lo que realmente les va a generar una experiencia con el producto o servicio y va a determinar su grado de satisfacción.
