¿Has pensado alguna vez en todas las ventajas que el emprendimiento trae consigo? Si es así, probablemente ya tengas en mente alguna buena idea, algo que en un futuro cercano podría convertirte en tu propio jefe y poner a tu alcance un mundo hasta ahora desconocido.
Pues bien, probablemente todavía estés pensando, ¿qué es exactamente lo que el título de este post quiere decir? Muy simple, que a la hora de emprender lo que de verdad cuenta es la idea que tengas y no la intención que está detrás.
Desde que éramos pequeños ha habido personas que se han encargado de dejarnos claro que la intención es lo que cuenta, y esta afirmación podría meternos en problemas a la hora de emprender. ¿Por qué? Porque cuando de nuestra idea se trate, debemos aprender a ser críticos y objetivos. Cerrar los ojos, quedándonos en nuestro mundo maravilloso, podría hacer que gastemos todos nuestros ahorros y más en la persecución de algo que no tiene futuro.
Para ilustrar lo que digo, pondré un ejemplo muy claro. Imagina que estás barajando la posibilidad de lanzar tu propia página web que consistirá en un foro en el que compartir los problemas que los consumidores tienen con las marcas. Por supuesto, la intención que está detrás es muy buena, pero la idea no lo es. ¿Y quién ha dicho que no? No lo es porque no existe ninguna planificación de la posible obtención de beneficios que a largo plazo pueda permitir al emprendedor continuar mejorando su empresa.
Esto nos indica que algo no está funcionando del modo correcto, algo sigue sin dar sus frutos. Esto es peligroso, puesto que nos encontramos con demasiada frecuencia con empresarios que deciden ir a por su idea, a pesar de no haber analizado anteriormente su viabilidad.
Y probablemente estés pensando, pero bueno mientras estén creando algo con buena intención, algo que ayudará a la sociedad, entonces no hay ningún problema. Esto no es así porque si no hay ingresos, no habrá empresa capaz de mantenerse a flote a largo plazo.
Todo esto me lleva a afirmar que cualquier empresa necesita contar con un buen planificador, alguien que tenga visión de futuro y no se deje confundir por los resultados que pueden obtenerse a largo plazo.
Si todavía no he conseguido convencerte de lo que digo, permíteme continuar el ejemplo anterior. Si lanzas el foro y consigues que las marcas teman a la posibilidad de que los consumidores enfurecidos continúen criticando el comportamiento de las mismas, entonces estarás por el buen camino. Este es el primer paso importante, el segundo es conseguir resultados visibles. Ahora llega el momento de la verdad, los recursos de los que dispones no son suficientes y te ves obligado a cerrar el foro exactamente antes de haber conseguido ganar las batallas comenzadas. Las marcas están felices, el peligro ha pasado.
¿Ahora comprendes la importancia de los beneficios obtenidos de modo regular y a largo plazo? Espero que este post te ayude y te haga plantearte la posibilidad de mejorar tu plan de financiación.
