La principal característica que define a una marca es su carácter distintivo. Es decir, gracias a la misma somos capaces de distinguirla de otras que existen en el mercado.
Las marcas comenzaron a utilizarse hace muchísimo tiempo y su origen se remonta a la necesidad de poner un sello personal a lo que uno hace. Los artesanos tenían la necesidad de remarcar lo que ellos han producido y, con ello, la calidad de los futuros productos.
Uno de los factores más importantes que hizo necesario el surgimiento de la marca fue el incremento de la oferta. Una vez que los productos comenzaron a parecerse, era necesario establecer una seña que ayudase a los consumidores a identificar los distintos vendedores.
La marca se diseña en una primera etapa, es decir durante el lanzamiento. Sin embargo, cabe destacar que va configurándose con el paso del tiempo. Tanto la comunicación externa, como los conflictos o las causas benéficas en las que se involucra la marca van configurándola.
Es decir, la marca no es solo una seña, sino algo vivo que va modificándose con el paso del tiempo. Una marca puede tener una buena o mala reputación. Puede ser prestigioso lucirla o no.
Cabe destacar también que con tan solo involucrarse en una situación de crisis, podría ocurrir que una marca se hunda y sea necesario empezar desde cero. Pues los individuos han aprendido a penalizar las marcas y a repartir justicia.
¿Y tu marca? ¿Cómo se presenta ante los ojos de la sociedad?
