Como consecuencia de la difícil situación que estamos atravesando en la actualidad, crece el número de emprendedores que, tras haberle dado la vuelta a una idea durante meses o incluso años, deciden emprender y luchar por hacer crecer su propio negocio.
Al principio esto se convierte en una tarea muy difícil, que exige mucha implicación y dedicación, sin embargo merece la pena y poco a poco va dando sus frutos.
Es cierto que hay numerosos casos de emprendedores que no han conseguido alcanzar buenos resultados y han dejado su sueño a un lado para continuar con otras labores (y no digo que han fracasado porque el simple hecho de atreverse a perseguir sus sueños los diferencia y los convierte en luchadores). Los malos resultados están, a menudo, relacionados con un plan de negocio incompleto. Hay que tener muy clara la meta y los objetivos que se persiguen. Aquí destaco que me parece muy acertado establecer objetivos muy ambiciosos, a pesar de las críticas por parte de algunas personas que suelen decir que hay emprendedores que persiguen objetivos casi imposibles. Yo discrepo en este punto porque considero que cuanto más alto esté situada la meta, mejores resultados se conseguirán (siempre y cuando no nos salgamos de la realidad).
En definitiva, teniendo clara la meta que se quiere alcanzar, el emprendedor necesitará una buena estrategia, basada en el cumplimento de determinados objetivos que le llevarán al éxito. No hay que olvidar por supuesto los Social Media, cuya ayuda es de gran valor, así como las herramientas del marketing y las aplicaciones. Vivimos en una era en la cual las innovaciones no dejan de aportar beneficios, debemos aprovechar las ventajas que supone enfocar la creatividad hacia la consecución de la meta.
